Truchita en una sombra
"El Ebro nace en Fontibre, provincia de Santander...", así se iniciaba en mis tiempos de escolar el recorrido cerebral-memorístico del río más caudaloso de España, y que conste que no estoy en contra de la memoria. Si fuera un niño de los de ahora, no sabría nada de Fontibre, casi nada de Ebro, algo de río y de Santander, el Racing. El mapa físico colgado en la pared, los niños en un corro, la vara para ir señalando... historias de entonces.
En Fontibre estuve de muchacho viendo el nacedero, y poco más allá de la imagen de la Virgen, las ondas en la superficie mostraban que quienes las provocaban estaban dándose un banquete. Hace unos días volví a Reinosa de la que conservaba un recuerdo borroso, en un día de bastante calor. Una vueltecita por las calles principales, comida en un restaurante barato, pero decente, y luego a ver el río. Baja precioso por allí. Vedada la pesca, muestra en sus entrañas el bullir de la vida. Cuando dimos el paseo las truchas empezaban a cebarse. Decenas esperaban con ansiedad la comida que las aguas ponían a su alcance. Un bonito espectáculo para un pescador que desea -aunque en realidad es muy pesimista- que todas las aguas vuelvan a su cauce original, es decir, transparentes y llenas de vida. Sí, efectivamente, usted lo ha dicho: como la política.
En Fontibre estuve de muchacho viendo el nacedero, y poco más allá de la imagen de la Virgen, las ondas en la superficie mostraban que quienes las provocaban estaban dándose un banquete. Hace unos días volví a Reinosa de la que conservaba un recuerdo borroso, en un día de bastante calor. Una vueltecita por las calles principales, comida en un restaurante barato, pero decente, y luego a ver el río. Baja precioso por allí. Vedada la pesca, muestra en sus entrañas el bullir de la vida. Cuando dimos el paseo las truchas empezaban a cebarse. Decenas esperaban con ansiedad la comida que las aguas ponían a su alcance. Un bonito espectáculo para un pescador que desea -aunque en realidad es muy pesimista- que todas las aguas vuelvan a su cauce original, es decir, transparentes y llenas de vida. Sí, efectivamente, usted lo ha dicho: como la política.
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