URUEÑA

Puerta de acceso al casco antiguo

Una de las calles arregladas con la iglesia al fondo

En la tienda de ALCUINO.
Al final siempre hay que echarse la mano al bolsillo

Decoración de una pared de la tienda con un texto del Quijote

Hace unos días estuve en Urueña, la villa del libro. La impresión cuando ves el pueblo desde la lejanía es magnífica. La muralla sobre el cerro invita a descubrir el interior secreto. Aún hay calles sin arreglar, pero el conjunto está quedando armonioso y acogedor. En la villa tiene su sede la Asociación Alcuino, cuyo fin es el mantenimiento de la tradición caligráfica. Mi intención era la de ver su tienda, sobre todo porque hay determinados materiales que no son fáciles de encontrar y además tenía alguna pregunta que hacer sobre ciertos problemas que te encuentras cuando eres autodidacta. En las estanterías había bastantes libros sobre caligrafía y, lo mejor de todo, colgados en las paredes, trabajos realizados por especialistas. Las letras decoradas eran preciosas y algunas miniaturas, increíbles.

Se estaba realizando un curso sobre letra celta. Lástima que no estaba enterado, pero es una de mis letras favoritas. Se ha levantado un edificio para estos menesteres y además acoge el museo del libro y de la escritura, que es muy interesante.

Hay unas cuantas librerías y en una de ellas -Alcaraván- me encontré con una acuarela original de Juan Varela y una reproducción de una tarabilla de Manuel Sosa. Compramos un libro como era previsible y nos marchamos. Por si alguien quiere visitar este hermoso pueblo diré que se puede comer, aunque hay que estar listo porque hay bastantes visitantes. Al menos ese día los había. Es raro que el libro en estos tiempos llame a tanto personal.