LOS TERTULIANOS

Hay que reconocer que cuando uno se levanta por la mañana e invariablemente pone la radio para ver qué ha ocurrido por el mundo (En el mundo ocurren millones de cosas, me refiero a esas cosas que quieren que sepamos los que dicen que somos libres), hablan -o enredan sus monólogos- unos personajes curiosos: los tertulianos. Me sorprende que haya personas cuyos conocimientos debordan los límites normales de la parcela propia del saber, cuyas "Etimologías" mentales alcanzan los más escondidos recovecos de la Ciencia, de la Filosofía, del Arte, de la Música, del Toreo, del Deporte, de la Astrofísica, de las Ciencias Ocultas etc... Es que me quedo anonadado escuchando a los mismos de todos los días hablando sin ningún recato de todo, opinando de cualquier tema, con una alegría y con un descaro que, como poco, me deja perplejo. Normalmente es la política lo que ocupa el mayor porcentaje de su tiempo. Claro que, cuando hay una noticia referida a un tema del que uno entiende un poco, se da cuenta del arrojo inconsciente de estas personas, que se lanzan a la arena a cuerpo gentil, opinando por verónicas, chicuelinas y pases de pecho y reclamando una ovación por decir cuatro sandeces que no vienen a cuento, por más adornos que les quieran poner.

También se caracterizan por querer tener la última palabra en todo lo que opinan. Así se pisan unos a otros las frases tratando inútilmente de acabar los últimos. A veces se dan parabienes recíprocos o admiten lo que otro ha sugerido u opinado, PERO... y vuelven a quedar los últimos para que su opinión dé carpetazo al tema, queriendo demostrar de este modo que están un pelín por encima de los demás.

Sin embargo lo que más me jode de ellos es el TIEMPO DE LOS OYENTES. Este tiempo, cada vez menor, dedicado a que llame la gente y opine, suele estar filtrado por una persona que antes de que viertan "en antena" sus opiniones, selecciona quién debe ser oído y quién no. ¡Censura, censura!

Con ser malo, esto no es lo peor. Lo peor es que si alguien que llama no está de acuerdo con lo manifestado por ellos, SIEMPRE TIENEN LA ÚLTIMA PALABRA, la última, y además de no tener el pobre oyente derecho de réplica, hay veces que lo aplastan, lo vituperan y lo ponen a caer de un burro. Seguro que piensan: "Esto pasa por querer ser tan democráticos y dejar a "esos" que digan estas burradas"