LAS ELECCIONES

Ya se han echado a la calle los políticos. Los políticos son una gente que forman unos grupos o cachos de la sociedad que se llaman partidos. Estos grupos, por lo que vemos desde fuera, tienen unas rígidas estructuras en las que lo democrático parece que molesta lo suyo. Así es común en ellos no permitir la libre opinión, aceptar las consignas a pies juntillas, hacer la pelota al superior "por lo que me pueda pasar" etc. Dentro de ellos destacan por conocidos, por tener un poder superior, los denominados "barones". ¿Cómo se llega a ser barón? Lo desconozco. A estos también les llaman "pesos pesados". Lo segundo lo entiendo, porque pesados son un rato. Nunca concretan nada, todo vaguedades. Falsos y troleros como si se entrenaran. Prometen con bocas grandes como cavernas y luego, más de lo mismo de siempre. Sólo cuando llegan las elecciones salen a prometer por pueblos y ciudades. Lástima que nuestra memoria sea tan débil. Tal y como están las cosas es mejor -para ellos- que la gente no recuerde y mucho menos que piense. Suelen vivir bien los políticos, exceptuando algunos de los que están en el País Vasco. Estos me merecen respeto.
Son creídos los políticos. Tanta adulación por parte del inferior, tanta vaselina... He visto pasear a algún político por una calle céntrica de la pequeña ciudad. Se distinguen porque van por medio de la calle y a paso lento y sus trajes son como distintos. Y mucha gente, aunque los conoce, los mira como extraños, bichos raros de narices. Y con algo de ancestral temor ante el poder -prudencia, prudencia- dejan espacio. Yo, cuando los he visto, me he ido a los soportales.