Si visitas una residencia de ancianos ves estampas como ésta: una mujer pensando, quieta y callada.
Sin embargo un grupo de niños jugando hacen todo lo contrario: movimiento, acción, gritos... las dos caras de la moneda de la vida.
Una peculiar visión de la vida y de lo que me rodea, de mis intereses y aficiones. Doy la bienvenida a todos quienes accedan a estas líneas y espero que pasen un buen rato leyéndolas.
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