DEZA. PLAZA DE TOROS

Deza es uno de los pueblos que siendo de Castilla y León tira hacia Aragón. En este pueblo viví cuando tenía entre 3 y 4 años. En mi memoria de niño se grabaron algunos acontecimientos que experimenté por primera vez. De allí mi primer recuerdo de un entierro: un tipo al que mató un rayo cuando iba con una mula; mi primer accidente con el triciclo: el miedo que tenía a los primeros tractores me hizo tomar una mala decisión, tirarme por la cuneta de la carretera. Resultado, embestida contra una tapia de piedra y brecha en la frente. Allí vi la primera granada: pensaba que eran manzanas con pepitas rojas. Allí el primer sueño que aún recuerdo. Allí la primera vez que subí en un trillo tirado por mulas en la era del tío Juan. Allí, con el abuelo Juan, a ver un toro (enorme entonces) que tenían en el ayuntamiento. Allí mi primer chicle envuelto en papel de plata. Allí la primera vez que fui al cine. Allí la primera cosa inteligente de la que tengo recuerdo: escaparme de la escuela en pleno recreo (ya estaba bien, hombre). Allí la primera insumisión: no querer ir a la escuela porque la maestra me había amenazado con dejarme ¡sin comer! (¡¡pero coño!!) por escaparme. Allí mi primera espada, que me la hizo el carpintero. Allí el primer practicante: don Benedicto, que hacía unos camiones con madera. Allí la primera vez que me caí a un río y allí, mi primer contacto con nuestra fiesta: los toros.

Dejo estas fotografías de una plaza curiosa, popular, simpática que volví a visitar , después de muchos años, hace unas semanas.