Morenito de Aranda en su primero
Qué estampa. Éste impuso respeto, como el resto de la corrida
... y momentos de desconcierto, sobre todo en banderillas.
Rubén Sanz con el tercero
Morenito de Aranda en el cuarto
Mucho sufrimiento para los toreros en banderillas
José Mª Lázaro adornándose con el quinto
Sexto toro. Se le "pegó" mucho en el caballo.
A las seis de la tarde comenzó la corrida. Había expectación en la plaza por ver a los toros tremendamente armados de María Luisa Paniagua, toros cuajados y con quilos. La salida del primero arrancó los aplausos del público -escaso- que espontáneamente tributó homenaje a su trapío.
A partir de ese momento todo adquirió importancia. Supongo que la ganadera, que presenciaba la corrida, se hinchó de orgullo. El toro imponía respeto, un respeto que se mascaba en la arena y trascendía al tendido y que continuó hasta el último toro, el mayor de la corrida, un colorado bizco del izquierdo con tremenda arboladura.
Los toros fueron nobles, sin hacer extraños ni buscar el bulto. Pero la corrida adoleció de una pizca de codicia, de esa alegría que convierte a un toro en un buen toro. Así el tercio de banderillas se convirtió en un calvario para los banderilleros, pues los toros no se arrancaron, esperaron y pusieron en serio compromiso a los rehileteros, tanto es así, que el segundo toro se llevó por delante a un subalterno de J.M. Lázaro, propinándole una cornada en el glúteo y un puntazo en la axila en una cogida que pudo ser grave tal y como lo levantó al hilo de las tablas.
Recibieron los toros castigo suficiente en varas. Destaco un excelente puyazo al tercero de la tarde.
Morenito de Aranda. Oreja en el primero y dos en el cuarto. Estuvo muy bien en sus dos toros, sobre todo en su segundo. Claramente triunfó en esta corrida.
J.M. Lázaro. Oreja en cada uno de sus toros. Se llevó el peor lote. A su primero lo recibió a puerta gayola, pero el toro salió andando de los toriles y lo puso en un compromiso. Un tanto sosote a lo largo y ancho de la lidia, no permitió el lucimiento. En su segundo estuvo delante de la cara del toro con desparpajo, pero las condiciones del cornúpeta tampoco le permitieron redondear una buena faena. Interés puso mucho, pero...
Rubén Sanz. Oreja en el tercero. Silencio en el sexto. Más asentado que en las otras dos corridas que le he visto, pero sin el empaque presumible en un matador de toros. No sale de la cara del toro con gallardía y desparpajo. Parece que se va, que se va y es que se ha ido. No obstante, son sólo tres corridas y ésta, por los toros que ha tenido delante y el mando que ha demostrado, me hace abrigar alguna esperanza.
Resumiendo, excelente corrida en la que a unos toros toros se han enfrentado tres toreros toreros, que, a pesar de oficiar en una plaza de inferior categoría, han puesto ganas y han arriesgado y han podido. No sé cuándo volveremos a ver aquí algo semejante.
Comentas como fue la corrida y si es verdad que morenito estuvo muy bien sobre todo con el capote, que José Mª Lázaro anduvo muy valiente, pero creo que te has olvidado de decir que Rubén Sanz también dibujo muletazos de mucho temple y empaque frente a toros como el sexto dignos de Bilbao.Es cierto que puede estar verde pero matar ese peazo de corrida y estar bien es muy importante y en el sexto de no marrar con el descabello habría cortado otra oreja, aunque con la ovación que recibio que no el silencio, seguro que se olvido de la oreja.
ResponderEliminarUn Saludo