Pintar a la acuarela me gusta. Bien en el campo o en casa. En el campo todo es más rápido, más acuciante, no se controla tanto como en el estudio. Normalmente, cuando pinto al aire libre no acabo las pinturas, pero tomo lo más importante, la ambientación, los toques de luz y me quedo con todo en la retina. Posteriormente, en casa, doy los últimos retoques y detalles.
sábado, 25 de agosto de 2007
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